EL “QUÉ” HACER ES TAN IMPORTANTE COMO EL “CÓMO” HACERLO.
La tarea de la puesta de límites es un tema que, si uno lo consulta en internet o las redes sociales, va a encontrar muchísima información. La mayoría de las veces se habla de métodos o estrategias que pueden ser de gran utilidad. Todos estos aspectos podemos encuadrarlos en el “qué” hacer. Son muy buenas herramientas, algunas algo inespecíficas y otras más estructuradas. En fin, para todos los gustos.
En el libro “Manual Antiberrinches” el cual pueden conseguir en este sitio, tendrán un método probado científicamente donde más del 80% de las personas consultadas, luego de 8 semanas han mejorado significativamente la situación de puesta de límites con sus hijos. Los invitamos a chequearlo en nuestra sección Tienda .
Pero hoy, en este pequeño artículo haremos referencia a un “cómo hacerlo”. Y esto se debe a que muchas veces la información que transmitimos para guiar u orientar a los niños no es suficiente. Lo importante también es poder centrarse en el estilo personal que vamos a utilizar para esto. Un padre, a modo de ejemplo puede ser muy preciso con la técnica de lo que debe decirle a su hija, no obstante si no presta atención al estilo comunicacional que utiliza, puede estar destinado a fracasar.
Para ello, compartimos a continuación una estrategia que hemos observado suele ayudar a enfocar nuestro “como” poner límites. A la hora de hablar con nuestros hijos sobre algo que deben modificar o que queremos guiar/orientar, vamos a establecer una fórmula, como una receta de un coctel. Esta receta tendrá dos ingredientes solamente:
50% firmeza
50% calidez
Estos dos ingredientes, de acuerdo a nuestra experiencia clínica de más de 20 años trabajando con padres, son importantísimas. (Y esencial por supuesto respetar las proporciones!) Tal cual como si fuera la receta de una comida, si me excedo en alguno de los ingredientes, puedo tener problemas y no alcanzar mi objetivo.
Ser firme hace referencia a ser consistente, claro, transmitir seguridad. También es relevante decir que ser firme no quiere decir ser autoritario, enojón, despectivo etc. La firmeza es una habilidad parental muy interesante dado que a los niños les transmite estabilidad, coherencia y los padres que tienen a lograr esta habilidad, reciben mayor motivación a que sus hijos sigan sus instrucciones.
Por otro lado la calidez deberíamos decir que es el ingrediente que le da color a nuestra tarea, nos permite facilitar la escucha, los niños en un ambiente cálido se sienten seguros, contenidos y no advierten amenazas de las cuales defenderse. Ser cálido permite encuadrar la conversación en términos más bien armónicos y agradables. También es cierto que a diferencia de la firmeza, muchas veces ser cálido representa un gran desafío para los padres, ya que la rutina, las obligaciones y por cierto que nuestros hijos nos desafíen, suele impedir el desarrollo de esta habilidad.
De acuerdo a nuestro estilo personal, estas habilidades podrán ser fáciles de alcanzar o pueden representar un gran reto. Nuestro estilo de personalidad en la vida será nuestro aliado o nuestro aspecto a superar. Muchas veces algunos padres tienen mucha facilidad para ser cálidos, pero dificultades para ser firmes. O por lo contrario, ser excesivamente firmes es algo que cuando nos enojamos aparece muy rápido, aunque como vimos también es un error.
Lo importante en todo caso es entender que esta fórmula de firmeza y calidez no debe ser usada en situaciones especiales. Debe ser nuestra filosofía de educar los hijos. Esto permite entender que es el camino para lograr grandes resultados, no una herramienta que la usamos excepcionalmente.
Como siempre decimos, esperamos que estos contenidos sean de mucha utilidad. Los invitamos a que sigan explorando y disfrutando de nuestras secciones. Y a no olvidarse! 50 y 50!!!! A ponerlo en práctica y aguardamos sus comentarios en nuestras secciones de contacto.
Hasta el próximo artículo!
